Patio trasero

-¡Nas! Gilbo -dijo, apareciendo por detrás de la banca, para luego sentarse a su lado. -¿Qué haces aquí? -lo miró, sonriente- me sorprende que estés... ya sabes, tan tranquilo -se rió un poco, por lo bajo.

-Claro, tu maravillosidad es tan grande que casi no se ve -rió, recibiendo la lata- gracias -la abrió y bebió un poco de coca-cola.

-Así que comenzando el nuevo año en el patio ¿eh? jeje como se esperaba de Gilbo~ -le rodeó los hombros con un brazo, mientras daba otro sorbo a la lata.

-¿Celoso, yo? ¡ba! -dijo, sin deformar la sonrisa.

-Vamos, que no ha sido fácil peinarme hahahaha -dijo, intentando arreglarse el desorden de cabello que había resultado. -Me alegra que estés tan motivado... no dudes que será un año espléndido jeje -aseguró, con una mirada determinada-

Arqueó una ceja, y lo miró fijo, entrecerrándo los ojos

-Si llegara a estar contigo en la cama, tu estarías abajo, mi querido Gilbo -dijo, con una sonrisa de medio lado, mientras se apoyaba en su mano, y ponía el codo en su rodilla.
-Mmm, pues sí... parece estricto también, pero no dudo que de estricto tenga sólo la pinta -rió un poco- así que vas a molestarle, jeje.
Algo me decía que te fijarías en él -dijo, dando la última probada a la Cola.

-Pues, puedes tomarlo como un reto, puedes tomarlo como un comentario, como quieras.-soltó, fijando su mirada en él. No dejaría a Gilbert sobre él, ni en una supocición.

-Jaja, ya imagino como terminará... procura no hacerle el año "tan" imposible, o nos quedaremos sin profe de musica a mitad de las clases... -con expresión divertida.

-Ja! ¿Cuánto quieres apostar? no podrás conmigo, Weillschmidt. Ni en una semana, ni en un mes. -señaló, desafiante también y con un dejo de arrogancia en sus palabras.

-Bien, ayudaré, pero ni creas q me estoy volviendo viejo ni mucho menos -se levantó enérgicamente del asiento- Es por que seguro será divertido, y por que Alfred no podría hacerlo. Además, sabes que si lo haces sólo no sería lo mismo -mirándole de reojo.

-Bien, no es como si me desagrade la propuesta tampoco, además, de seguro no lo consigues. -se rió un poco, mientras tiraba a un basurero la lata vacía.

Abrió un poco los ojos cuando tubo pegada la frente de Gilbert sobre la suya, y luego volvió a sonreír.

-Claro que es más divertido conmigo, mi estimado Gilbo -dijo revolviéndole el pelo de la nuca.

Se quedó helado unos segundos, y abrió los ojos innecesariamente, mientras sentía los labios de su compañero sobre los suyos.
Momentos después, ya alejado de él, salió de su asombro y rió con una mano en el vientre.

-Ya veremos, ya veremos -dijo entre pequeñas risas.

Luego pensó unos segundos en la pregunta del chico y volvió a mirarle

-Mmm ahora que lo dices -se puso una mano en el mentón, como pensativo- aún no se me ocurre nadie, pero han llegado personas muy interesantes -sonriendo amplia y sospechosamente- así que no tardo en decidirme -dijo en tono jugetón.

- Vamos, tu eres diferente, tal vez y me enamoro de ti, quien sabe~ -dijo siguiéndole el juego.

Al ver como en pocos segundos fué acorralado contra la pared por su amigo, le miró directamente a los ojos, había sido tomado por sorpresa completamente.

-Depende del tipo de diversión que estemos hablando -y sus labios figuraron nuevamente esa sonrisa de costado, y sus manos recorrieron el cabello de Gilbert. En instantes, ya estaba rozándo los labios del alemán.

-Oh... ya veo -dijo, manteniendo en todo momento su expresión.
No le molestaba que fuera violento o brusco, si fuera así, el danés tendría que odiarse a si mismo.
Se relamió el labio herido, tomó al chico por la nuca y le echó la cabeza hacia atrás, para luego cobrarle lo que había hecho antes con un contacto no menos brusco.
Con pasión y profundamente, intentó recorrer por completo su boca, sabiendo que no se lo pondrían fácil.

Bufó un poco, mientras su espalda era "inspeccionada", y un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo.

Su lengua no paró de jugar con la gilbo un segundo, debatiéndose entre quien llevaba el beso. Eso le gustaba, tanto que inconsientemente sonrió un poco mientras sus labios se apegaban con fuerza a los del alemán. Su mano bajó por su cuello, hasta llegar a los primeros botones de la camisa del chico, donde comenzó a desabrocharlos.

-Nngh -ahogó un gemido al sentír las caricias del chico, sin mecionar que ya estaba "reaccionando" ahí abajo producto del contacto.
Tenía que aceptarlo, Gilbert era bastante hábil.
Entonces, le quitó la camisa sin consideración y arrancando algunos de los botonos de esta al tirar. -G-Gilbo... -dijo, con la respiración agitada y recoriendo con la mano el pecho desnudo del susodicho.