Cafeteria.

- A mi tampoco me hace gracia, nada de gracia -acercándose a él, quedando muy próximo a su rostro.

- D-De que sería emocionante, lo sería... p-pero podrían expulsarnos y todo -dijo contra su cuello, apoyándo las manos en su hombro.

- Eso no es nada divertido, no pienso perder mis tarde castigado -inflando la mejilla izquierda.

- Pero pero, seguro estaremos vigilados... aunque... si es contigo -miró hacia abajo- estaría mintiendo si dijera que me molesta.

- Será mejor que esperes, definitivamente -asintió con la cabeza frunciendo el ceño- no quiero hacerlo con toda esta gente estorbando.

Se rascó la cabeza levantando bastante el brazo.

- Me has pillado -con una gran sonrisa en el rostro y los ojos cerrados.

- La gente dice que soy muy abierto con mis emociones, supongo que es por eso...

- Te estás ganando que me enoje ¡Que no me gusta por Dios! Si te tengo a tí ¿Por qué me voy a fijar en ella?

- Como si me importara -frunció el ceño- si me dice algo es muy fácl ignorarla y ya. Además dudo que yo le guste.

- Eso lo dices tú porque...m-me quieres, pero normalmente la gente no se está fijando en mí solo porque me ve.

Lo miró con los ojos entrecerrados, con una molestia cómida pintada en la cara.

- Oye, oye -empujándole la frente con un dedo una y otra vez- No soy un despiado, no si se trata de algo así, he dicho que dudo que se fije en mí.

-No se yo... pero bueno, si tu lo dices...

-Si te lo digo yo, es porque es verdad -sonriendo con autosuficiencia- Oye...por cierto, tal vez no puedes comer bien conmigo encima.

- ¡No lo estoy usando como ninguna escusa! Ja, yo nunca me retracto de lo que hago.