Baño de la primera planta

Elizabetha se había quedado profundamente dormida, estaba muy cansanda, la noche anterior, se había desvelado, ahora se encontraba pensando en algo.

-"Hace tantos años que no me enamoro"-pensaba la mujer al verse en el espejo, siempre era de esa manera, desde la última vez en que se enamoro Darius, ella lo hizo, ambos estaba conectado de una manera impresionante.

Pero le dolia demasiado el pecho, por que su hermano comenzó a odiar profundamente, le lastimaba que odiara de esa manera, pero no lo podía evitar, descidió seguirlo hasta el fin del mundo.

-¿Bethita?-la abraza Darius, le da un beso en el cuello, mientras la observaba en el espejo.-¿Por qué dudas que seas la mujer más hermosa de la tierra.

-¿Tus ojos verdes no te gustan?-la hizo que se mirara en el espejo y se observara detenidamente, le acaricio el rostro, mientras demostraba su belleza.-¿Por que insistes en llevar ese horrible color de cabello?

-Tu cabello es negro, el negro es hermoso.-se desato su cabello y cayo sobre su espalda.-Lo único que nos diferenciaba era el color de ojos, ¿Pero ahora el cabello también.

-¿Sabes qué somos uno mismo? Nadie lo puede evitar, nadie.-cantaba en su oido, le tomo la mano, la beso, tomo su dedo anular, lo introdujo a su boca, lo suciono con sutileza.

Al sentir los labios de su hermano en su cuello, un escalofrío ¿Por qué así eso si sabía que desde hace tiempo no estaba en la intimidad con alguien, la deseaba torturar.

-Por que soy tu gemela, eso debe significar que tu eres el hombre más hermoso sobre la tierra.-le responde tratandose de safar de él.

Siempre caía derrotada ante su hermano, ante su forma de ser, ¿La razón es qué? No lo sabía quizás era...

-Por que.-vio ese mar de ebano, se quedo embobada con esa belleza, pero desperto.-Por que es lo correcto.

Cuando sintió la lengua de su hermano, profirió un gemido, no soportaba que lo hiciera.

-¿No la ansias sentir en todo tu cuerpo?-le pregunto lamiendo cada uno de sus dedos, sintiendo la necesidad de besarla.

-Por favor Elizabetha, ¿se uno conmigo?-tomo sus labios, la replego contra la pared, quedado frente a frente, sus respiraciones se podían sentir, el calor de sus cuerpos, beso esos labios por primera vez con pasión, degustando primero el inferior mordiendolos, haciendo que la sangre emanaera de ellos.

-Seamos uno mismo, uno.-murmuraba entrecortadamente, mientras tomaba a quien era suya.

Esos labios eran su perdición, no aguanto más y termino cediendo ante su Darius, se aferro aquella espalda, mientras sus labios eran deborados, su propia sangre le parecio delicisosa.

-Somos uno mismo desde que nacimos.-le despojo de aquella camisa roja, arrojandola al suelo, clavandole sus uñas en aquella blanca espalda, mientras buscaba unificar sus labios.

-Siempre había querido escucharte decirlo.-le responde en un beso, la hacer que callera su blusa, dejando al descubierto su pecho, desnudo, el cual conocía a la perfección, pero en ese momento le parecía maravilloso.

-Sabes que jamas te separaras de mi.-le dice en el odio, recorriendo con sus manos debajo de la falda, desponjandola de cualquier rastro de ropa, la cual le molestaba demasiado, la dejo solamente unos momentos, para cerrar el baño y que ningún molesto estudiante o profesor los molesras.

-¿Quién te querrá más que yo?-le pregunta mientras, es devestido por su Eli, el cinturon, cayo al piso, al igual que el pantalon, quedo totalmente desnudo.