Habitación 12 (3/3)

Pero... ¿Le había tocado la habitación "ronda turística" o que? Ya era la tercera visita y no había pasado ni una miserable hora.
-¡Pasen pasen! ¡Vean las maravillas de la habitación número doce! ¡Si miran a su izquierda podran ver a un holandés fumando porros! uuuuh~ ¡Observen y deleitensé con el decorado "poblado chabolista" de esta habitación proporcionado por los amigos del ruso que fuma! uuuuh~-

Miró de reojo a la nueva visitante, dios... ¿por que solo venian mujeres? eran ganas de ponerle el cuerpo a uno malo.
-Vamos a cobrar por entrada ¿crees que con 20euros por persona esta bien?-

- No. Es demasiado alto el precio por venir a observar un desorden como este. - Le miró, indiferente. Casi con sorna. Le parecía un niño jugando a ser mayor.

-Pues yo creo que este desorden tiene mucho éxito, es nuestra tercera visita en nuestra primera hora... uyy que pena... se ha perdido "el cuarto de hora feliz" donde servíamos...- Buscó por su mochila. -Agua caliente del aeropuerto, pero aun nos queda un poco.-

Tan amigable como siempre.

- Gracias, pero no. He de disculparme si le ha molestado mi visita, señor. Sólo venía reconociendo el lugar. Claro que si ha usted le gusta exponerse de esta manera... - Con el ademán de la mano muestra la habitación. Él podía ser irónico. Pero no por algo ella mantenía la distancia con la gente. Podía ser un tanto molestosa cuando se le antojaba. Y este chico, supuso, tarde o temprano la terminaría sacando de sus casillas. Era tan alumbrado.

-Solo doy un poco de espectáculo y ganas de partirme la cara ¿No es divertido asi?- Que gran razón, a veces resultaba de un insoportable -Por cierto, algun nombre, dato, no estaría mal a la hora de entrar sin llamar.-

Su ipod seguia sonando, The Omen, no estaba nada mal escuchar músicas de antiguas raves cuando disponía el tiempo de disfrutarlas.

-Bueno, como se que voy a tener que hacerlo, me llamo Vincent y soy holandés.-

-Solo doy un poco de espectáculo y ganas de partirme la cara ¿No es divertido asi?-
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- Con eso a mi ya me bastaría para poder pasar la mañana, Vincent - le dijo con una sonrisa.

El ruso se giró lentamente para ver quien había entrado. "Om... es esa profesora que vi entrar al despacho de la jefa.... Ya me echó una mirada a pesar de que le dejé la puerta abierta y le di los buenos dias... Seguro que es del tipo "Con disciplina se educa la gente" y a ti te voy a tener en el punto de mira... lo que me faltaba"

- Buenos días profesora. - le dijo con una sonrisa cordial, falsa claro - Lo de la habitacion tiene una explicacion y ya está en manos de la jefa de estudios el castigo que me acontece. Si no te han hablado de mi antes, cosa rara, llámeme Braginski, ruso ciertamente, y si está como profesora de segundo me parece que nosotros no estamos bajo su jurisdicción.... - le dijo nuevamente con una sonrisa encantadora

"Vaya... Esto ya está empezando a hacer efecto y empiezo a olvidarme de porqué estaba enfadado... Será porque ni me acuerdo cuando fue la ultima vez que la probé..."

FdR: En mi cole te llamaban por el apellido, aqui no se como se llama a la gente pero me mola mas que me llamen por el apellido los profesores

- No vine a castigar a nadie. Como anteriormente dije, sólo estaba de paso. Veía las instalaciones del instituto. - Mirando a Vincent, y luego a Iván.
- Mi nombre es Caroline D'Ascolli, seré su profesora de literatura. Un placer ya saber sus nombres, que sea. Y Sr. Braginski, no me han hablado de usted. - Bajo la cabeza en dirección al cuello. Le había comenzado a dar frío.

fdr: en mi instituto me llamaban "señorita . . . ." y me daba un asco tremendo esa formalidad a tono de burla que los profesores solían tener.

-Literatura...- Dijo, como si estuviera analizando. -Es decir que usted va a promover que leamos en clase... rezo por que no lo hagan en voz alta, detesto a la gente que no se molesta en saber que pone en cada palabra y se lo inventa entre "emmm" "ummm" "estooo". Acabas perdiendo el hilo.-

Claro... no eran solo eso las clases. -Despues analizaremos el libro, contrastaremos opiniones, haremos algun trabajo y mas cosas que... ya no recuerdo que se hacían en esa clase... mi memoria es tan borrosa como esta habitación en estos momentos que, quizas trate de ocultar una realidad que de momento no conozco.- Hablaba demasiado... ¿desde cuando?

- Normalmente se hacen ese tipo de cosas... - Ignorando el comentario sobre la pésima lectura del resto. Aunque a ella también la ponía mal. - Pero no quiero caer en la repetición. Por lo que nos dedicaremos en un ámbito casi más íntimo... - Guardó silencio. Se emocionaría si continuaba hablando y explayándose sobre la idea de un yo retratado en tareas, lecturas, escrituras.
El último comentario del holandés le llamó la atención.

- Puede que sea un montaje escondiendo algo trivial de lo que no te darás cuenta hasta que lo indiquen. Una realidad en un plano distinto que no ves. - Sonrisa.

-O...- Dijo, levantando el dedo íncide. -Puede que yo sea el responsable de hacerlo todo borroso por que no tengo la necesidad de conocerlo y meterme en camisa de once balas, tan solo actuaré cuando mi niebla no tenga nada que tapar...-

Vaya charla filosófica en tan poco tiempo... hacía mucho que Vincent no contrastaba su opinión... llegaba a ser divertido.

Se acercó un poco más a él. Patéticamente, le tuvo que mirar hacia arriba.
- Creo que simplemente estás encerrado en tu mundo, tienes miedo de conocer otro, de sentir a flor de piel nuevas experiencias. Y por eso no descorres el velo que nubla tu visión. No es que no tengas necesidad de hacerlo. No quieres hacerlo - En otras palabras, era un cobarde. Como la primera imagen que él le dio: La del niño pequeño.

Bajó la vista y agitó la cabeza. La volvió a levantar, un pco avergonzada.
- Lo siento, no quería que sonase así... -

-No tienes por que pedirme disculpas, pero tu razonamiento tiene varias lagunas. No me cierro a lo desconocido, al contrario, me cierro a lo que ya conozco y se que me va a perjudicar. Puede que no te lo creas pero una persona como yo ha recorrido bastante mundo para aprender que en ocasiones, lo mejor es moverte entre la niebla, pasando desapercibido y luchar dentro de ella por que ya, directamente, sabes como moverte.-

Aun extrañado por hablar tantisimo, hizo un hueco en su cama.
-Puedes sentarte si quieres.-

- No tiene lagunas. Simplemente, es básico y una opinión primeriza. Ya, si es que tengo tiempo y este mismo lo permite, lograré completarlo - Aún arrebujada contra su abrigo, tomó asiento a su lado.
- Así que posees experiencia... Que extraño debe serlo... Como un adulto en cuerpo de niño.- Hablaba para si. - Moverse entre la niebla sin que noten tu presencia... Casi como ser un espía de la sociedad completa, para y con ella. - Echó los brazos para atrás. Cerró los ojos y estiró el cuello. El día iba bien... Si todos los alumnos tenían un estilo peculiar como este, sería un año sumamente interesante...

-¿Cuerpo de niño? Siempre pensé que mi desarrollo no era precisamente de un niño. Mis piernas son fuertes, mi torso fibrado y tengo el aspecto de un deportista... pero es la primera vez que me dicen eso... interesante.-

Rió ante la idea de ser un espia acechando tras la niebla. Extraño, de momento no había reido ni una sola vez, aunque fue un sencillo "jajaja" con el tono maduro de su voz, impropio de alguien de su edad. Realmente Vincent aparentaba bastante mas.

Analizó a la maestra, quizas era hora de mostrar sus encantos.
-¿Y que me dices de ti? ¿Tambien das largos paseos por la niebla?-

- Aún eres un niño a mis ojos. Tal vez no totalmente en torno al físico, pero tan sólo tienes 17. Eres un pequeño. - Le hizo gracia la idea de que él no se lo hubiese planteado antes. Por lo que sus párpados volviosen a despertar, al igual que los labios, que se curvaron en una tímida sonrisa.
Escuchó la pregunta, y quedó silenciada por sus pensamientos, buscando entre ellos que responder.
- Tal vez. Depende de la situación, depende de la gente. Y al final, no depende de nada. - Suspira - Sigo perdida por ahí, y me cuesta movilizarme dentro de la que no sale de mi propio cuerpo. - Sentía que con este chico podía hablar de cosas que se había guardado desde la adolescencia. Desde que se supo un pez en el mar. ¿Llegaría a entenderla? ¿Llegaría a entenderle, ella, en su ignorancia total del alma ajena?

Y como no, es el momento de las proposiciones indecentes. Directamente el chico no perdía el tiempo. -Quizas en una de tus caminatas por la niebla me podrías avisar... la poca visibilidad que hay se podría aprovechar para mas de una cosa ¿no crees?-

Había perdido la cuenta de con cuantas personas se había dedicado a coquetear. De momento... enseñaría mercancía holandesa y se despojo de toda la ropa que cubría su torso, alegando el calor del verano. Se tumbó en la cama boca arriba, bastante cerca de la mujer como diciendo "toca, toca, puedes."

-Y te contaré un pequeño secreto: la edad es un simple estado mental, para ti puedo tener 17 años pero no me conoces lo suficiente para pensar que, realmente tengo esa edad.-

Y ya se arrepentía. Al final, rebatiendo su propio argumento con una postura tan hormonal como la suya, demostró ser un niñato. Demasiada fe en que habías encontrado a alguien interesante con quien hablar.
Con sorna.
- Ya te gustaría encontrarme por allí. Aunque me temo que en aquellos momentos me distorsiono un poco de la realidad, y no sería muy agradable tenerme cerca - Una mueca. Era casi un animal cuando se adentraba dentro del laberinto y no encontraba la salida.
Se incorporó. Le observó a los ojos, sin pestañear, sin nerviosismo.
- La edad es un estado mental... Que va de acuerdo con la madurez de cada uno. Y al parecer hay gente que madura sólo en un sentido. Puesto que en otros tiene el mismo manejo vulgar que un aprendiz desganado. -

-Puesss... creo que no estoy deacuerdo.-
Se incorporó, sentado en la cama, de su mochila sacó su pipa, incansable compañera de sus viajes. Tenía contenido dentro asi que solo había que encenderla.
-He viajado, he salido, he conocido mucha gente y creeme, tengo motivos para decirlo. He conocido a gente con 42 años que tenían la mitad de madurez que yo, comportandose como malditos adolescentes y pensando con la polla, pensando en un futuro que... maldita sea... ¿pensaban vivir ese futuro a los 70 años? Lo que quiero decir es que la edad es un simple estado y que uno se comporta como le da la gana... como por ejemplo esta triste persona que, si, es un caso real. Los ves a tu alrededor, lees sobre ellos en cualquier revista rosa y los ves por la tele... ¿Motivos? Me gusta pensar que es el exceso de bienes materiales lo que te atrofia la mente.-

Y de nuevo, otra parrafada.

¿Esta triste persona? ¿Se refería a él?
- En definitiva. El exceso de bienes atrofia la sensibilidad y la capacidad para pensar de una manera adecuada: Cuota de lógica y sentimentalismo. Mas lo de la edad... Lo perfecto y en condiciones ideales sería la madurez que te va obsequiando el tiempo y el desarrollo de lo que tienes dentro del cráneo. Sin embargo, hay gente que está por bajo de la normalidad y en su vida lo conseguirán... quieran o no quieran. - Interesante.
- Trata de convencerme de lo contrario. Sigo creyendo que puedes ser maduro a tu edad, pero no conseguirás el mismo desarrollo que una persona con una trayectoria parecida a la tuya, pero con más años en el cuerpo. Sería... lo normal. Aunque vivimos en una tierra de ironías... - El tema giraba rápido. Trataba de seguir el ritmo. Había nacido cen una frase respecto a la puerta de la habitación...

-Puede que el hecho de estar en un estercolero, fumando porros, sin camiseta y habiendo hecho proposiciones subidas de tono a todo aquel que me he cruzado no de, precisamente, una imagen de madurez de mi.- Al fin, encendió su pipa y dió una enorme calada. -Pero lo que tambien puede ser es que todo sea fachada y simplemente sea un estratega tras un tablero de ajedrez, haciendote pensar que mi estrategia es una cuando puede ser otra que le de la vuelta al juego en su totalidad.-

Sería un gran error descubrir todas sus cartas a la primera, aunque había que reconocer que ni él mismo se conocía del todo. -La vida en si misma es una batalla. No vas a ponerte en frente de cualquiera mostrandole los errores de tu armadura.-

Así que era una carcaza protegiendo el interior...
- Vendrías siendo el Rey que trata de protegerse con los peones... Tirando todo con tal de que no le vean como es. - Le sonrió cordial. - Eres interesante. Me gustaría poder hablar contigo y profundizar esto en otra ocasión. - Se levantó de la cama. Y con un poco de burla - Eres como una cebolla - Que chiste compararle con un vegetal. Se dio el gusto de sacarle la lengua en un movimiento fugaz. Qué pasaba? Hace tiempo no se sentía sin aquellas cadenas opresoras... La charla aligeró el peso que cargaba. Se sentía bien.

-Ohohoho~ Disculpa mi atrevimiento pero eso suena a cita.- Claramente, ese "otra ocasión" habría venido muy bien ligado a "discutiremos esto en mi habitación" o cualquier otra invitación que diera lugar a un sitio facil para acostarse con alguien.

Bueno... por un momento dejemos de pensar en sexo. En su lugar, rió nuevamente con un "jajaja".

-Acepto la invitación, ya sabes que la puerta estará abierta, literal y no literalmente... dejando de lado si es que llegamos a cruzarnos en una clase.- Y centrandonos en las cebollas. -¿Crees que será agradable quitarle las capas a esta... cebolla?- Una cebolla holandesa con un par de cojones que si tenias la valentía de acercarle un cuchillo, iba a hacerte llorar hasta que sangraras por los ojos.

Al sacarle la lengua de esa manera tan infantil y a la misma vez, coqueta, curvo sus labios y guiñó su ojo, poniendose a su altura.

Ivan habia escuchado su conversacion sin intervenir, no habria servido de mucho aunque lo hubiera hecho. A él le gustaba jugar con muejers pero enseguida se cansaba de ellas, asi que en parte le pareció muy divertida las formas en que el holandes se desenvolvía para acostarse con cualquier mujer que pasase por la habitacion.

Se levantó tranquilamente de su cama y se dedicó a colocar un carton en lo que sería la ventana rota para evitar que entrase el viento por ahi, y colocó cinta aislante. Le habia sentado un poco mal haber llamado estercolero a su propia habitacion, pero el alemán iba a pagar con creces por el desorden "Le hare uqe pague el cristal de la ventana... para que haga algo..."
Prosiguió a lo suyo ignorando a la profesora y al holandés.

- Nada de cita. Alguna vez te tendré que hacer clases, y creo que allí hablaremos. O en su defecto, tomando un té en el café del colegio. - Era simple. Ella no saldría con él en ese tipo de ligues. Ahora, con respecto a la cebolla...
- Se le pueden sacar las capas, pero hay que hacerlo con delicadeza, y cuidado. Para no hacer saltar las lágrimas. - Miró a Iván. Y hacia los dos.
- No quieren pedir otra habitación por esta noche? - Mira la ventana con repudio,

-Bueno, quizas tenemos conceptos diferentes de lo que es una "cita", pero ya te lo demostraré, simplemente necesito un poco de tiempo hasta que, casualmente se de la situación.- Mirando de reojo, fijó sus ojos verdes en la dama. -Pero las cebollas no creemos en casualidades.-

Ahora miró a la puerta, la ventana, en fin, el desorden. -No creo que nos den otro cuarto, de todos modos mi compañero ha prometido que los responsables se harán cargo, de momento no me ha dado motivos para desconfiar de su palabra.-