Habitación Kiba Ocaso

Vincent era, lo que se podía decir, un hombre de palabra.
Acababa de anochecer, supuso que en el centro cada uno estaría a su bola y aprovechó para seguir a algun maestro y saber donde estaban los cuartos del personal.

Jugando con la lógica, debio suponer que segun el estatus la puerta se vería mas ostentosa. Si en la pared había mas de una puerta serían los cuartos divididos de los maestros, pero si había una puerta sola quizas podía acertar.

Con una excusa preparada "soy nuevo me he perdido, disculpe." Dió dos suaves toques a la puerta, esperando no usar la excusa.

Se había dado una ducha (al fin) y vestía aun sin el uniforme. Llevaba una camiseta azul oscura de mangas cortas, algo ajustada, ya que gracias a eso se podía ver el cuerpo del que tanto presumía. Su pantalón era negro, sus botas militares del mismo tono y su chaqueta beige una vez mas con la bufanda de siempre, a la que le tenía un valor sentimental muy alto. Su pelo estaba humedecido por la cera, ya que mantener esa cresta no es que fuera precisamente facil, aun asi, el olor que despedía de gel de baño masculino era fresco y cítrico.

Por si acaso, se había echado una tira de 5 condones en el bolsillo del pantalón.

Se colocó el pijama que consistía en un camisón algo escotado que le quedaba bastante justo de pecho y que desde luego se astenia de llevar cuando otra persona podía verlo, se acercó a su escritorio dispuesta a ponerse a trabajar en algunos papeles que tenia pendientes y si tenia tiempo en preparar algunas de las clases del día siguiente, aunque siempre podía improvisar. Entonces, escuchó la puerta.

Pocos profesores sabían cual era su habitación y prácticamente nadie iba allí así que supuso que era Yuki, se desvió de su camino y abrió la puerta rezando porque no fuera mas trabajo.

Parpadeó al ver al chico holandés frente a su puerta y tan arreglado, le miró de arriba a abajo sin saber que decir.

Cuando le abrieron la puerta suspiró aliviado, esta bien, era un rostro conocido, no había errado al usar su lógica.

Success!

Miró sin ningun tipo de vergüenza a Kiba de arriba a abajo, como si con sus ojos la estuviera haciendo una radiografía y, obviamente, se fijó en ese escote y en sus pechos. Todos somos humanos. -Joder.- Pensó -Y encima me recibe asi... fácil no me lo está poniendo...-

Bueno, ahora que estaban las cartas sobre la mesa y aprovechando su considerable altura... ¿era momento de hablar? en absoluto, todo había quedado dicho en aquella habitación llena de cristales, que, sin duda estaba en su peor momento en cuanto a decoración.

Sonrió satisfecho, sintiendo que el objetivo se había logrado y tomándola por los hombros la besó apasionadamente, introduciendo su lengua para jugar con la de ella mientras que caminaba hacia dentro de la habitación para empezar cuanto antes.

Finalmente, dentro los dos, cerró la puerta con el pie.

Correspondió el beso aferrándose al otro como acto reflejo, sin pensarlo mucho. Tras unos segundos abrió los ojos tanto literal como mentalmente y apartó al otro de si alejándose un par de pasos.

Por lo visto si iba en serio y vestido así y sin oler a porro a un kilómetro lo cierto es que era bastante irresistible... no había forma de negarlo. Pero eso no quitaba que fuera una profesora y... bastante mayor que él.

-Esto no esta bien...

¡Dios! Como le habian cortado el rollo de esa manera... es inhumano, debería estar prohibido, era como si le dieran una patada en los cojones en ese momento, en el que estaba excitado.

-Joder joder...- Pensó nuevamente. -Pero... ¿Como me puede hacer esto ahora? Que bajón mas grande... esto me lo voy a tener que ganar a pulso nuevamente.-

Se quitó la bufanda y la enroscó en el cuello de Kiba con cuidado, sin cambiar la expresión, tapando un poco su escote para evitar desviar su mirada. -Rectifica.- Terminó de colocarla, dejando ambas tiras atras. -Esta mal si alguien se entera.- Desabrochó su chaqueta beige, mostrando algo del cuerpo que tapaba su camiseta y aireó un poco, como si estuviera sofocado, nada mas lejos de la realidad. -De ocho a dos somos un alumno y su profesora. Cuando termina ese periodo somos un hombre y una mujer. Somos humanos y de vez en cuando hacemos alguna absurda travesura. Tu me atraes y por como me miras he de suponer que te atraigo bastante ¿Por que negarnos a nuestros instintos?-

Se mordió el labio mientras le escuchaba, en realidad podía ser bastante adorable a su manera, aunque no estaba segura de que le hiciera gracia que se lo dijera. En el lio se había metido ella sola y lo peor de todo es que aquella situación no le disgustaba.

Lo que no acababa de entender era como a alguien tan joven le podía gustar una persona de su edad. Suspiró, ya era hora de acabar con aquello, de la peor forma; diciendo la verdad.

-Yo no tengo interés en hacerlo con alguien solo por sexo... solo me acostaría con alguien con quien fuera a tener una relación y no creo que tu busques eso precisamente.

Un reto mas para la vida, si, era cierto que Vincent solo buscaba el sexo y nada mas. El amor no era algo que le preocupara, ni siquiera sabía como era ni tenía la intención de conocerlo... quizas lo que el holandés buscaba era ser el perfecto amante.

-El amor es un cuento de hadas.- Dijo con frialdad. -Es cierto, no es lo que vengo buscando y menos de primeras... no soy de los que buscan la decepción nada mas conocer a alguien. No conozco el amor, no he experimentado con él y cuando quiso llamar a mi puerta fingí no estar. Pero respeto a las personas que luchan por su búsqueda.-

Jugó con su baza mas efectiva, el carpe diem. -Solo tienes una vida, una en la que te vas a dedicar a testear a las personas para escoger con cual quieres pasar el resto de los dias. Pero el hecho de "buscarlo" es bastante divertido y no hay ninguna ley que prohiba el sexo por el mero placer.- Se acercó unos pasos, volviendo a quedar cara a cara. -Reitero que solo tienes una vida... si vas a buscar a tu pareja ideal ¿por que no divertirte por el camino con personas que ya tienen claro lo que quieren?-

Rió un poco calmándose, se quito la bufanda dejándola sobre la cama sin entender para que se la había puesto.

-¿Quien a dicho nada de amor? No creo que el amor no exista, pero yo no creo realmente que vaya a encontrarlo, quiero lo que queremos todos, no estar sola y no tengo especial interés en el sexo.

Supuso que así había acabado con cualquier argumento que se le ocurriera al otro y se limitó a sonreirle.

-Mas razón le das a mi argumento entonces.- Intentó fijar su vista a sus ojos... a su cara... no mires abajo... no desvies la mirada.

-Es cierto, a nadie le gusta estar solo. Pero siempre se busca a ese ser para compartir el resto de tu vida y buscarás el amor incoscientemente, aunque lo tapes como excusa de no sentirte sola.-

Tal como aquella vez, se acercó lo suficiente para estar a milímetros de sus labios. -Yo no quiero estar solo esta noche... tu tampoco querrias... tienes una cama grande y nadie con quien compartirla... A la larga, si las cosas siguen igual, recurrirás al sexo de pago cuando ya sea tarde para buscar a ese alguien y vivas rodeada de gatos a una edad que nadie pueda verte deseada. Yo, en este momento, puedo verte atractiva y creeme, estoy deseando despojarte de ese camisón y probar todo tu cuerpo con solo el roce de mis labios mientras te tengo subida sobre mi pelvis haciendote el amor. Reitero que no busco ofenderte, pero la realidad es cruda... dependiendo de como la quieras mirar-

-Cariño... -llevó una mano a la mejilla del otro frunciendo ligeramente el ceño- si según tu voy a acabar vieja sola y rodeada de gatos no me sirve para nada acostarme ahora contigo -dejo de fruncir el ceño, en parte aquello tenia su gracia.

Lo siguiente que dijo el otro la hizo sonrojar, muy ligeramente, pero el sonrojo estaba ahí, solo esperaba que no se le notara demasiado.

-Creo que sobreviviré durmiendo sola, gracias.

-Discrepo, no opinaste lo mismo cuando estabamos en la habitación, ¿o es que quizas deba sentirme utilizado ya que la diferencia de antes y ahora era la de Ivan?-

Vaya... sentirse utilizado no era algo que le agradara demasiado, era cuestión de tiempo que se le fuera la mano que le costaría una expulsión, de todos modos decidió contenerse.

-Te empeñas en sellarte un destino cuando no existen.-

Sin mas, la rodeó de la cintura con su mano, sometiendola a un agarre cuya única escapatoria era acercarse mas a él, pero ya recortaría distancias y la besó nuevamente.

Cuando se cansó de "meter su lengua" volvió a argumentar -¿Que ha pasado entre esta tarde y ahora? Has aceptado mi proposición sin rechistar y tienes la garantía de que no le lloraré a nadie diciendo que "me ha acosado". La palabra de un miembro del personal respetado contra la de un rebelde recien llegado que no ha causado mas que problemas.- La arrimó un poco mas hacía él donde su erección se hacia de notar. ¿Para que iba a negarlo? Estaba asi desde que le abrieron la puerta -¿Que tiene de malo buscar algo de diversión en nuestras vidas?-

Frunció el ceño mientras le escuchaba y se repetía en su cabeza que no debía enfadarse pero lo de Ivan ya le estaba tocando la moral. Parecía una subconsciencia suya, no todo giraba en torno al ruso, mas cuando este ya había dejado clara su posición.

Ni se inmutó cuando el otro decidió besara y para cuando se dio cuenta ya estaba muy cerca de él, demasiado.

-No te estoy utilizando -dijo simplemente, no tenia ganas de mas explicaciones.

Debía admitir que tenia poco auto control, intentaba hacer lo debido pero no se lo estaba poniendo nada fácil.

-Si nos acostamos... ¿como voy a hacer que cambies tu manera de ver el mundo?

Suspiró al escuchar eso último, la realidad es que estaba pidiendo imposibles. La vida del holandés le había dado motivos para mirar la vida con una amarga ironía y un enorme desprecio ante todo.
-Siento decirte que no vas a poder cambiar ese hecho.- Señaló su cicatriz. -Tengo algo que me lo recuerda constantemente y ya he asumido el hecho de que no tendré una bonita visión de la vida.-

Había tocado un tema que no tenía que tocar -Maldita sea.- Pensó mientras se pasó la mano por el pelo, molesto. Todo el mundo que le conocía siempre hacía lo posible para que Vincent sacara ese tema... ¿Era necesario desvelar los secretos de su pasado? Todas aquellas discusiones familiares, su tremendo odio por la falsa perfección de su hermana y viejas broncas con cierto español... -Si pudiera rebentarle la cabeza...- Pensó.

-Es demasiado pronto para que intente cambiar mi manera de pensar, no obstante no le privo de intentarlo.- Si, esa frase estaba bastante bien para concluir.

Aprovechó la cercanía de ambos para abrazarle, le recordaba en cierto modo a Ivan el primer curso, no entendía porque pero tenia la necesidad de cuidar de la gente así aun que lo de Ivan no había servido para ayudarle demasiado si no mas bien para amargar su propia existencia.

Llegado a aquel punto no sabia lo que debía hacer y el otro no le ponía las cosas fáciles para decidirse.

-No se si podre conseguirlo pero... me gustaría intentarlo.

¿Que era esa... sensación tan cálida? Todo era tan extraño de repente...
Si, le estaban dando un abrazo... ¿Cuanto tiempo hacía que no le daban uno?

Suspiró, buscando una manera de dejar cualquier sentimiento a raya, como si fuera a tomar cariño a alguien... pero ¿para que iba a hacerlo sabiendo como acabaría?

Sus brazos rodearon a la mujer con cariño, posando una de sus manos en su cabeza, podía tocarle el pelo, era suave... era un tacto que hacía mucho que no sentía, o mas bien, no se molestaba en sentir.

-Bueno... no necesitas mi permiso para intentarlo...- Puede que Vincent en ocasiones fuera controlador, pero en lo que son las intenciones de una persona no movería ningun dedo a no ser que le molestaran. -Pero quizas no te guste lo que encuentres por el camino.-

-No me importa arriesgarme... -continuó abrazándole acariciándole la espalda con suavidad. Parecía tan falto de cariño... Si tan solo no fuera profesora... Pero lo era, debía vivir en el mundo real.

Apoyó la frente en su pecho aspirando el olor que desprendía el otro sin dejar de abrazarle. Por alguna razón había pensado que rechazaría el abrazo pero estaba feliz por la reacción del otro.

(fdr: dame amor, que he ganado y paso a la final, me lo merezco~)

Su insistencia por tener sexo hoy de momento iba a parar... este momento tenía que aprovecharse.
De momento sentía esa calidez que le hacía confiar en ella mientas que, en su cabeza, había miles de partes en desacuerdo con sus correspondientes argumentos "no puedes desconfiar de ella sin saber como es", "no puedes confiar en ella por que es una desconocida", "a veces los desconocidos son mas de fiar que a los que ya conoces".

-Maldición.- Pensandolo bien, se pasó el dia entero maldiciendo. -Esto se me va de las manos.- ¿Donde había quedado su objetivo fijo? No es que estuviera teniendo dudas, de ninguna manera... es que no quería deshacer ese abrazo.

-De todos modos vas a tener que aguantarme toda la noche, pienso dormir aqui.-

Sonrió de nuevo y rió un poco abrazándole con un poco mas de fuerza. Alzó la mirada para verle y le besó en la mejilla con suavidad.

-Ya lo imaginaba, pero nada de fumar aquí -no es que le importara que fumara pero seria bastante sospechoso que empezara a salir de su cuarto humo con olor a marihuana.

-Bueeeeno... intentaré comportarme... pero en cuanto salga de aqui me voy a fumar uno enorme.- ¿Intentaba hacerse el gracioso? Probablemente.

De todos modos el coqueteo de Kiba no cesaba, que si un abrazo, que si un beso, que sabiendo que iba a venir esa misma noche vaya pijamita que se había puesto. Muy tarde para volverse atras.

Por lo que el holandes, aprovechando la cercanía, volvió a besarla quizas, de una manera mas dulce a las anteriores veces. Aunque empezara asi, la garantía para que continuara siendo igual de cuidadoso era totalmente nula.

Se preguntaba porque ese chico cambiaba tan rápidamente de opinión... o tal vez no había cambiado de opinión y lo de antes era para despistar. Porque que supiera no había hecho nada para provocarle, de hecho ni se imaginaba que fuera a ir a su habitación.

Dejó de abrazarle para apartarse un par de pasos para ver si así se calmaba.

Entre todas las cosas que podían fastidiarle, que le cortaran el beso era una de ellas.

-Por que.- Supuestamente... estaba preguntando, pero nunca le salía ese tono de duda, sino de decisión. No estaba dispuesto a que las cosas acabaran asi asi que acortó distancias continuando con su provocación.

Sus apagados ojos verdes volvieron a mirarla con esa cara de "Sabes lo que quieres, no me hagas perder el tiempo". Vincent podía expresar mas con una mirada vacía que con todas las palabras (generalmente de desprecio) que podía soltar en sus pequeños estractos dignos de cualquier monólogo que, si hubiera que ponerle título, le habría puesto "yo y el asqueroso mundo."

Se apartó de nuevo quedando de pie al borde de la cama.

-Eso es lo que me pregunto yo... ¿por que cambias tan rápido de actitud? -suspiró intentando descubrir que es lo que hacia mal... Tal vez no estaba acostumbrado a que la gente fuera de esa manera con él... Pero aquella era su forma de ser y dudaba mucho poder cambiarla.

-Mi actitud ha sido la misma desde que aparqué mi bicicleta en la puerta de este centro.- Quizas de vez en cuando haya cambiado, mostrando un poco de corazón, pero enseguida cerraba todas las puertas posibles para que ningun veneno se colara.

-Sinceramente, no veo la base de tus conclusiones.- ¿Sería por el beso? Que mas daba, era un beso como cualquier otro, la ocasión no era para meterle la lengua hasta el fondo, pero la provocación era mas y mas alta al haber llegado a la cama.

Echó hacia atrás los hombros y dejó caer su chaqueta beige... -Quizas mi camiseta empiece a quedarme pequeña...- Pensó tontamente, era una respuesta fácil, cuando no trabajaba se ejercitaba... a pesar de que su salud no fuera la mejor, su aguante en cuanto al deporte era bastante bueno... quizas al fin encontraría una asignatura en la que destacar.

Nuevamente, recortó esa distancia y tomó la mano de Kiba, posandola sobre su bien-formado pecho, su mano se sentía suave y la hizo recorrer de arriba a abajo, parándose justamente en el límite de su pantalón, la intención, claramente, era la de exponer mercancía. Se acercó, una vez mas, a sus labios para robarle otro beso.

Había llegado a un punto donde ya no había ninguna clase de escapatoria. La única forma de alejarse era sentándose en la cama y no estaba segura de que el otro lo tomara como una evasiva precisamente.

Se fijó en el lugar en el que estaba su mano en aquel momento, la aparto de allí para colocarla entre los labios de ambos y apartarle de si.

-Solo he dicho que podías dormir aquí, nada mas.