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Se quedó bloqueado al estar abrazado -¿M-me esta abrazando-ana?- Que raro, pero ¡que cordial bienvenida! Si el resto de sus compañeros de trabajo iban a ser asi, Luang confiaba en que el resto del año iba a ser divertido, emocionante y digno de recordar en un futuro.

En un instante el abrazo se había roto y el Tailandés seguía con su mano en la nuca, que decidió quitar para acomodar sus gafas, dando un pequeño destello de luz al reflejo del soleado día.

-¿Es costumbre? ¿Por que no lo dijo antes-ana?- Abrazó enérgicamente a la profesora, con una cara de tonto (tal que asi :3). -¡Que agradables son las costumbres de este pais-ana!-

Suspiró dejándose abrazar, no estaba bien confundir a los extranjeros.

-No es una costumbre de este país es... una costumbre mía. La gente normal no abraza a los demás sin conocerlos bien.

Se separó un poco sonriendo al ver su expresión, le recordaba a la de un niño.

-¿Le molestaría decirme su edad? -podía mirarlo en su ficha pero prefería que se lo dijera el mismo.

-Aaaaah, entiendo-ana.- No, no entendía nada, seguramente se liaria a abrazar a todo el que viera. -Pues a mi me parece una costumbre muy cálida-ana.-

El abrazo ya se había dado por terminado, pero llegaba la ronda de preguntas ¿Su edad? Desde luego no aparentaba la edad que tenía.
-Tengo 28 años algo recientes-ana.- Dicho eso, metió una de sus manos en sus bolsillos y sacó una galletita de gato, por error y pensando que era un caramelo, se la metió en la boca.

En su cara se podía ver perfectamente que el error no le hizo mucha gracia.

¿28 años? ese chico le sacaba 3 años y parecía muchísimo mas joven... como eran las cosas... cerca de los 30.

-No aparentas esa edad... -se fijó en lo que se iba a meter en la boca pero fue tarde para reaccionar, si no veía mal era una galletita de gato, pero tal vez era algo normal en Tailandia...

-Todos dicen lo mismo-ana.- Dijo saboreando la asquerosa galleta para que nadie se diera cuenta... y de todos modos, escupirla sería de una pésima educación... pero tenia muchas ganas.

Trató de poner cara de "que rica está" pero sus expresiones siempre eran demasiado honestas y sinceras. La sonrisa que trataba de simular en ese momento se curvaba hacia abajo. -mmm...- No, hacer soniditos de que sabia bien no se le daba demasiado bien. Segregó mucha saliva y despues tragó la galleta para luego sincerarse. -Este era el bolsillo de los gatos-ana.-

Gracias a dios, solo había sido un error... seria muy extraño que un profesor pidiera galletitas para gatos en la cafetería.

-Debió haberla escupido... pero ¿eso quiere decir que tiene gatos? -lo dijo mas que nada por informarse porque le encantaban los gatos, si pero le daban una alergia terrible.

-Escupir sería una falta de respeto-ana, no creo que diera buena imagen de mi el ponerme a escupir frente a una dama-ana, hay que aguantarse y asumir tu error como un adulto-ana.- Sonrió para hacer de esto una anécdota que recordar de su primer día y reirse de ello.

-Me encantan los gatos-ana, en casa solía recoger los callejeros, darles de comer y se los regalaba a algun amigo-ana, si mi familia viera mi casa llena de gatos les daría algo, ¡hahahaha! Pero si es cierto que tengo dos gatitos-ana, Nai y Mai. Suelo llevar galletitas por si me encuentro alguno por la calle-ana...- Quizas sonaba a que era un hombre muy solitario...

-No es que sea un gran pecado, solo te has confundido de bolsillo -rió un poco restandole importancia y escuchó atenta la historia sobre los gatos.

Definitivamente no podría vivir en una casa así, literalmente.

-¿Puedo deducir de eso que no tiene pareja o me equivoco?

-Emm, no del todo-ana... supuestamente tengo una esposa concertada-ana, pero yo quería llegar lejos en mi vida, viajar, descubrir, llegar alto-ana... por lo que he renegado completamente de ese compromiso y podríamos decir que en este pais soy soltero-ana.- Interesante... ¿por que le habría preguntado por su estado civil.
-No me gustan que eligan por mi-ana, soy humano y nací con el poder de tomar mis decisiones-ana. Pero bueno, no creo que hayamos venido aqui para hablar de mi vida-ana !-

Tomó nota como si nada mientras hablaban y murmuró "individual entonces...". Alzó la mirada hacia él.

-En realidad si hemos venido justo para eso -si, sonaba bastante... mal y raro, sobre todo raro- Si aguantas todo el año y te quedas fijo es bueno tener una ficha completa sobre ti... -hizo especial énfasis en el "si aguantas", no era raro que la gente abandonara.

-¿Huh?- Vaya, resultaba algo incómodo que de buenas a primeras le preguntaran por su vida personal, podía sentirse... ¿atacado? no, quizas la palabra adecuada sería intimidado.

-Perdone si me muestro algo aprensivo, pero esto me resulta algo extraño... que me hagan preguntas tan de pronto... si le soy sincero no es que esté demasiado acostumbrado pero no se tome a mal mi comentario, se lo ruego.-

-Tranquilo... solo pense que le resultaria mas comodo que hacer una ficha... -que por cierto no tenia ni idea de donde habia dejado, esperaba tenerlas enla habitación o seria un problema- Pero podemos hablar de algo que le resulte mas comodo o si esta cansado puede ir ya a su habitación.

Se hizo una visera con la palma de la mano para contemplar la puerta. Bajo la mirada para volver a corrobar la direccion escirta en maquina. El papel estaba ligeramente arrugado: Lo habia manoseado todo el camino en tren hasta el prestigioso edificio.

Pero no habia ninguna duda.

Era aquel el lugar. En aquel lugar comenzaria un nuevo curso..

Se dirigio a la puerta. Vio a las dos personas que hablaban y por eso mismo no quiso interrumpirles.

Sin mas, atraveso las grandes puertas sin un rumbo fijo.

Había estado en su habitación, pero cuando miró por la ventana de su cuarto, vio algo, mejor dicho a alguien que le parecía conocido de otra parte. Mientras bajaba las escaleras intentaba recordar quién era.
-No puede ser- pensaba para sí misma.

Y aquí se encontraba, nuevamente en la entrada de la escuela, "espiando" al desconocido/conocido mientras hablaba con una de las profesoras, intentando adivinar quién era.

(fdr: hacemos que nos conocemos? y si es asi... para bien o para mal?)

-Bueno, quizas esté algo agotado-ana, pero no se preocupe que yo tengo buen aguante-ana...- Que tontería acababa de decir. -¡Me refiero a despierto-ana! Ha sonado tan raro...- Volvió a rascarse la nuca, menuda impresión estaba dando, cuanto menos penosa.

Sintió una presencia... ¿Quizas un gatito? Dejó de rascarse y metió una de sus manos en el bolsillo idoneo mientras miraba de lado a lado... pero decepcionado no encontró ningun animal. Ladeó la cabeza, sacó la mano y prosiguió con la charla.

-En fin... supongo que ya sabrá que clase voy a impartir-ana, pero si no se acuerda no me extrañaría-ana... q-quiero decir que tiene mucho papeleo para preocuparse por una sola persona-ana... y yo no lo tendría en cuenta... si me permite la osadía-ana... ¿Suele tener tiempo para sus cosas?-

(Fdr: Sí, que se conozcan~ Pero no sé si para bien o para mal.. Supongo que para bien ¿no?)

(fdr: digo yo que para bien, estos dos asiaticos en concreto tienen buena relación entre si)

¿De verdad era mayor que ella? Tomar así el doble sentido de las cosas... Aun que en cierta forma eso le hacia encantador... Por dios... ¿en que estaba pensando?

Negó con la cabeza para seguirle escuchando. Claro que se acordaba, llevaba días repasando esas cosas.

-Profesor de filosofía -dijo automáticamente- Claro que tengo tiempo... aunque estos días estoy algo mas ocupada pero necesito diversión para no morir bajo el papeleo... asi que saco tiempo de donde puedo.

Se acordaba de su infancia, de las tardes en que salía junto con sus hermanos y él, que aunque era mucho mejor se acoplaba siempre de buena manera a los juegos y canciones que inventaban.

Era demasiado irreal. Después de todo, estas cosas sólo suceden en los cuentos, ¿no?

Decidió salir de su escondite y averiguar de una vez por todas si era él. El -ana con que terminaba sus frases y los lentes le indicaban que no podía ser de otra manera.

-¿Luang?-

La verdad es que era sorprendente que una persona con tantas responsabilidades pudiera tener tiempo para si misma, lo normal es que fueran unas bordes con la regla los 30 dias del mes y aparentaran mas edad de lo que tenían, esto era un caso contrario. -Permítame el atrevimiento, pero es usted admirable-ana.-

Seguía sintiendo que alguien le observaba, y con la idea de que eran gatitos, volvió a girar sobre si mismo.
-Me miran-ana... pero no quieren mostrarse-ana...-

Seguramente estaría obsesionado... o eso pensaba hasta que escuchó a alguien llamarle, una voz femenina, una voz que hacía años que no escuchaba. -Imposible...- Pensó para si mismo hasta que miró hacia atras, esta vez si había alguien mirándole.

-¿E-eres tu... de verdad-ana?-

-Sí "tú" significa Quynh, sí soy yo.- Lo miré sonriendo, al parecer no recordaba mi nombre, pero sí mi cara y mi voz. No se podía tener todo en esta vida.

Me acerqué a él manteniendo una distancia prudente, era igual que antes. Había crecido, era más alto, pero su carácter era igual.

-¿Pero como puedes decir eso-ana? Claro que me acuerdo de tu nombre, faltaría más-ana... despues de todo este tiempo-ana...-
En aquel momento le hizo gracia aquella frase de "los caminos del señor son inescrutables", mira que él no era católico pero si que escuchó millones de veces esas palabras.

De momento no se movió del lugar, sería una falta de respeto para la otra dama con la que estaba hablando. Aunque este acontecimiento era, cuanto menos interesante. -Cosas como estas me hacen pensar que el mundo es pequeño-ana... si estuvieramos en Asia sería mas razonable-ana... pero aqui... en la otra punta del mundo-ana...- Se frotó los ojos de incredulidad pero su sonrisa no se desvanecía. -Estoy sin palabras-ana... es increible...-

Apagó el cigarrillo en una de las paredes. Una mancha negra quedó como testigo de la llegada del nuevo alumno al colegio.

Se desabrochó los primeros botones de la camisa del uniforme, sintiendose ligeramente ahogado.

Se echó al hombro la bolsa donde llevaba sus cosas y echó a andar hacia la puerta principal.

Los murmullos continuaron durante un rato hasta que la figura desapareció en el interior.

En realidad no sabía a donde ir primero. Se quedo un rato de pie frente a la entrada principal. Seguro que en ese colegio encontraría a muchos países conocidos, pero no estaba listo para toparselos aún. Bueno, en realidad lo que quería era no toparse a Gilbert pero suponía que eso no se podía evitar para siempre.
Suspiró resignado y se propuso traspasar el umbral del colegio.

[FDR: asdf conste que me tientas tu xD]

Sonrió para si aquel debía ser su día de suerte, solo estaba dando una vuelta por allí para ver si veía a su primito y se encontraba con el señorito. Corrió de una forma que el consideraba sigilosa y se situó tras el otro.

-Kesese~ ¿tanto echabas de menos mi awesome presencia?