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[FDR: Mi intención era tentarte (?) Ok, no xD]

Esa risa era inconfundible. Pero no podía ser, esperaba en serio equivocarse y haber imaginado aquel sonido. Sí, tenía que ser eso. Suspiró y se dió la vuelta esperanzado en no ver a nadie pero, para su mala suerte, se topo de cara con Gilbert.
-No seas infantil, esto no tiene que ver contigo, Gilbert.

Sonrió mas ampliamente, estaba claro que tenia que ver con él, al fin y al cabo... ¿como iba a sobrevivir sin su maravillosa presencia?

-¿Entonces te han echado de casa? -rió de forma estridente- ¡Seguramente haya sido por pasarte el día tocando el piano!

Puso los ojos en blanco. ¿De verdad tenía que ser tan arrogante para pensar que el mundo giraba en torno a él? Bueno, Gilbert siempre había sido así, no podía esperar que cambiará en unos días.
-Idiota. ¿A qué más pude venir aquí? - dijo acomodandose los anteojos y dandose la vuelta - Es lógico que vine a estudiar.

-¿Justo al mismo lugar que yo~? -sonrió ampliamente aunque el otro no le viera- Esta claro que echabas de menos mi awesome presencia.

Le giró para que le mirara, era normal que se hubiera girado, seguramente estaba deslumbrado por su genialidad.

-No sabía que estabas aquí - le respondió un vez que Gilbert le obligará a dar la vuelta para verlo. Esa era la verdad, no era que le echará de menos ni nada de eso. Simplemente estaba ahí para estudiar.
-Bueno, ahora que esta aquí, ayudame a ubicarme.

Sonrió con prepotencia por mucho que lo negara estaba seguro de que estaba alli por él. No podia hacer venido simplemente para "estudiar".

-Bien, el maravilloso yo te ayudara ¿A donde quieres ir?

Enarco una ceja ante la sonrisa del prusiano, ¿Qué más podría hacer? Era nuevo, y no sabía como ubicarse en el colegio aún. Era mejor pedir su ayuda aunque le molestará a él.
-Vamos a donde quieras. No quiero quedarme parado aquí todo el día.

Sonrió de medio lado.

-Supongo que esperas que el asombroso yo te lleve a tu dormitorio con la escusa de que no sabes donde esta kesese~

Un ligero sonrojo cubrió sus mejillas, ¿por qué ese grandisimo idiota pensaba en los dormitorios tan rápido? Se dio la vuelta, indignado.
-Idiota. Olvidalo, creo que podré estar solo.

Le agarró del brazo para que no se fuera y le giró hacia él de nuevo.

-Solo era una broma, no tienes que ponerte asi, señorito.

-No me gustan tus bromas, Gilbert. Y no me digas así. Bien, ¿nos vamos a mover de aquí? -preguntó mientras se soltaba del agarré del albino y se acomodaba su uniforme.

-Quien sabe... pareces muy comodo aqui... aun que seguramente es por la compañia kesese~

A Berwald le dijeron que se pasara por la mañana y cumplió la orden a rajatabla. Había desayunado un café acompañado de pequeños kanebulles que él mismo había preparado la noche anterior. El sueco vestía con un traje grisaceo con un fino jersey azul de cuello descubierto, no había ganas de ponerse una corbata. Llevaba un maletín oscuro en la mano izquierda.

Miró su reloj de muñeca antes de cruzar las puertas, era buena hora para hablar sobre su contrato, informarse de los horarios y quizas poder fundar alguna actividad para por la tarde, pasar el tiempo haciendo lo que mas le gustaba e inculcar sus conocimientos a algun alumno curioso.

-H'mm.- Tan solo hizo ese gesto al contemplar las instalaciones, pintaba bastante bien y estaría bien para rellenar un poco su curriculum y de paso estrenar su licenciatura.

Cruzó las puertas sin dirigir ni una sola mirada a quienes estaban en la entrada -Bu'nos di's- Aunque la educación estaba ante todo. Sacó un papel de su bolsillo y miró hacia donde tenía que dirigirse, era sencillo. Sin mas, marchó de aquel lugar.

-Buenos días - contestó con educación a la persona que paso por allí antes de ponerle atención al comentario del albino.
Se armó de paciencia, se acomodo los lentes de nuevo y le dijo:
-Dejate de tonterías y vayamos a comer algo, mejor.

Le hizo un gesto con la cabeza al hombre a modo de saludo y volvió a mirar al austriaco.

-Bie, entonces el maravilloso yo te llevara a la cafetería -y sin mas comenzó a caminar adentrándose en el edificio.

[FDR: y ya que estoy posteo en la cafetería]

Vio que en la entrada todavía quedaban muestras de la chiquillería del primer dia. Puso los ojos en blanco y suspiró. ¿Por qué eran tan escandalosos? Esperaba que en clase estuviesen tranquilos y en silencio, si no buscaria maneras de conseguirlo.
En una mano sostenía un maletín lleno de papeles para su primera clase, el resto de sus cosas ya estarían en su habitación. Luego se tendria que pasar para darle algo de comer a Mr. Puffin.
Inexpresivo, como siempre cruzó la puerta apartandose el pelo de la cara.

- Buenos días alumnos - le dijo a un grupo de adolescentes ruidosos que le respondieron con risitas y un "Hola profesor"

Se dirigió al despacho de la jefa de estudios/directora para saludarla antes de empezar el curso y para terminar los ultimos trámites de traslado.